Hace muchos años, los reyes de un lejano país tuvieron un hijo feísimo. Lo llamaron Riquete y, como su cabello rojo formaba un copete sobre la frente, todos le decían Riquete el de copete.
La reina amaba mucho a su hijo, aunque tenía miedo de que nadie lo quisiera porque era tan feo.
Entonces un hada se presentó, tocó al bebé con su varita mágica, y dijo:
—Este niño será muy inteligente, cuando hable todos lo admirarán y nadie notará que es feo. Pero, además, tendrá el don de volver inteligente a la mujer de la que se enamore.